En abril de este año, la Asociación Nacional de Exportadores de Café de Colombia (Asoexport) dio un giro inesperado. A su dirección llegó Gustavo Gómez, un bumagués de 28 años con el que se renovó un gremio de, al menos, 81 años de historia (ver Paréntesis).
¿La pretensión? Que pudiera oxigenar un sector tan tradicional e importante como el cafetero y tener la mira puesta en la innovación y el compromiso sostenible.